Si estás pensando en vender tu vivienda, uno de los documentos esenciales que necesitarás es el último recibo del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI). Este impuesto es obligatorio para todos los propietarios de bienes inmuebles y puede influir en el proceso de venta si no está al día.
El importe del IBI depende de dos factores principales:
Valor catastral del inmueble: Se trata del valor administrativo asignado por el Catastro, que considera características como ubicación, tamaño y antigüedad del bien.
Tipo impositivo municipal: Cada ayuntamiento establece un porcentaje sobre el valor catastral, por lo que el importe del IBI puede variar según la ciudad o municipio.
El IBI debe ser pagado por la persona que sea propietaria del inmueble a fecha 1 de enero del año en curso. Sin embargo, al vender una propiedad, el pago del IBI puede negociarse entre comprador y vendedor. Es habitual que el vendedor pague la parte proporcional del año en curso hasta la fecha de la transacción.
El comprador tiene derecho a verificar que el inmueble no tiene deudas pendientes con el ayuntamiento. Presentar el último recibo del IBI demuestra que los pagos están al día y evita problemas legales o retrasos en la firma de la compraventa. Si existen deudas, estas quedarán vinculadas a la propiedad y podrían ser reclamadas al nuevo propietario.
Si no lo tienes a mano, puedes conseguirlo de varias formas:
A través de la sede electrónica del ayuntamiento.
En las oficinas de recaudación municipal.
Revisando tu cuenta bancaria si tienes el pago domiciliado.
Si hay deudas de IBI pendientes, lo recomendable es regularizar la situación antes de vender la propiedad. De lo contrario, el comprador podría exigir que se descuenten del precio de venta o incluso negarse a cerrar la operación hasta que el pago esté solventado.
Tener el recibo del IBI al día es un requisito fundamental para vender tu propiedad sin inconvenientes. Asegúrate de contar con este documento, si tienes dudas, estaremos encantados de ayudarte.